El diseño de interacción se desarrolla a través de la interacción que se establece entre el ser humano y las máquinas. No se centra en el software o en los productos, sino en el componente social del diseño, es decir, en las posibilidades que se pueden extraer de un servicio de comunicación, como la integración de interfaces para redes sociales en los teléfonos móviles.
Con el Diseño de interacción podremos generar emociones para el usuario, a través de programas o aplicaciones que estén diseñadas para evocar ciertos sentimientos.
Un ejemplo muy claro es la interacción que ofrecen los nuevos dispositivos inteligentes (ordenadores, tabletas o smartphones), como el control por voz para realizar búsquedas en Google o el control de estos dispositivos mediante gestos.
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