La transformación digital es la integración de la tecnología digital en todas las áreas de un negocio, cambiando fundamentalmente la forma en que opera y brinda valor a los clientes. Pero, más allá de eso, es un cambio cultural que requiere que las organizaciones asuman desafíos y nuevas formas de hacer y ver sus negocios.
Dicho esto, la transformación digital es imprescindible para todas las empresas tanto pequeñas como grandes. Sin embargo, esta transformación será diferente para cada una puesto que es difícil determinar una definición que se aplica a todas. Lo que sí sabemos es que en la mayoría de ocasiones, significará alejarse de los procesos comerciales sobre los que se construyeron las empresas en favor de prácticas relativamente nuevas que aún se están definiendo.
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En ocasiones da la sensación de que se trata de un término que está quizá muy quemado y está vacío. Sin embargo, lo cierto es que sí, está pasando. Nosotros lo estamos observando sobre todo en pequeñas y medianas empresas a las que ayudamos en esta transformación en el universo del marketing, las ventas y la comunicación.
Pero, ¿qué implica la transformación digital para las empresas?
Lo primero en lo que todo el mundo piensa es que la transformación digital es en las herramientas. El mundo digital ha dotado a las empresas un sinfín de herramientas que permiten llegar donde antes no era posible, de una forma más rápida y sencilla. Sin embargo, el concepto de transformación digital a veces se confunde con simplemente el uso de herramientas, cuando es mucho más que eso.
¿Cuántas veces has escuchado algo como: “está terminando” la transformación digital de la empresa”? Esto es un error. Lo que está haciendo realmente es digitalizando procesos. Lo que conlleva incluir una serie de herramientas que permiten digitalizar esos procesos.
Es una derivada de la anterior. Las herramientas están para usarse, y usarse de una determinada manera. Lo que nos permite la transformación digital es, fundamentalmente, trabajar en base a datos de una forma asequible. Por eso debe tratarse de metodologías de datos, analítica etc.
Las derivadas de esto son infinitas, de hecho, mucha gente asocia la transformación digital a la utilización de metodologías lean, agile, que son metodologías que tienen 3 pasos: lanzar, medir y aprender.
Por ejemplo, en el universo del marketing, la comunicación y las ventas, es esencial que antes de ejecutar cualquier estrategia pensemos en las posibles acciones a realizar, es decir, en las posibilidades que nos ofrecen nuestras herramientas y realizar una matriz de beneficio-esfuerzo. Es decir, qué ganamos vs cuánto cuesta.
Esto nos permite 2 cosas:
Al incorporar herramientas y definir unas metodologías de trabajo, lo que se obtiene es una cultura, que es la clave de esa transformación digital. Esta cultura consiste en un cambio radical en la forma de hacer las cosas.
En definitiva, la transformación digital lo que permite es contar con unas herramientas que me permiten medir, unas metodologías que me permiten hacer ciclos rápidos y determinar el éxito del cambio que se está realizando o de medir a través de datos.
Sin embargo, para que esto funcione hace falta un cambio de cultura hacia una cultura que aúna a su vez otras cuatro:
Cuando se produce todo esto es cuando realmente hay una transformación. El apellido digital lo que implica es una capacidad de generación de datos mayor y de unificar el universo offline y online.