Para que un usuario disfrute al máximo su experiencia en la web, debemos tener en cuenta cómo interactúa con la misma, para que tenga una percepción positiva de nuestra web. Una interacción efectiva es aquella que se integra tan bien que consigue que el usuario ignore todo el diseño que hay detrás de ella.
Un buen diseño es aquel que permite la interacción de forma sencilla, sin invadir la pantalla de múltiples mensajes, y donde cada uno de los elementos que aparecen tienen una función y ayudan al usuario sin que llegue a reparar en ello. Para conseguirlo, hay que conocer muy bien al usuario final, la persona a la que tiene que estar enfocado todo el diseño de interacción de una web.
Para llegar a tener una buena interacción en nuestra web, debemos tener muy en cuenta que deberemos llevar a cabo varias pruebas con diferentes opciones de diseño, además de monitorizar cómo interactúan los usuarios con las interfaces. Incluso, podemos testear el comportamiento de varias personas teniendo en cuenta dónde y cómo mueven el cursor del ratón, cuándo y cómo hacen scroll, dónde hacen clic y observar los mapas de calor que genera un usuario en su visita a una web, es decir, medir en qué puntos concretos de la pantalla fijan su vista más tiempo.
Todas estas pautas las deberemos tener en cuenta a la hora de diseñar una página web, y nos pueden ayudar a fijar nuestro objetivo en el usuario final, lo cual nos reportará una mejor percepción del usuario con respecto a nuestra marca.
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